domingo, 22 de junio de 2014

TRIATLÓN VILLA DE LAREDO 2014: No hay 5º malo... de nuevo

El Triatlón de Laredo del año pasado supuso para mí un punto de inflexión en este deporte. Por primera vez en los 2 años que llevaba compitiendo me sentí realmente competitivo en una carrera larga y con un sector de bici duro y sin drafting.  Aquel 5º puesto fue más de lo que podía imaginar y, por eso, este año volvía a esta cita con muchas ganas de repetir las buenas sensaciones pasadas.

Han pasado tres semanas desde el mundial de duatlón de Pontevedra y, pese a haber sido esta prueba el objetivo principal de 2014, la "cadena" de triatlones que se están disputando y se van a disputar en Cantabria entre Junio y Julio me están animando a seguir con la motivación alta y entrenando a tope.

Con las heridas de guerra de Suances ya recuperadas, amaneció el día de la carrera un tanto caluroso y con un bochorno increíble. La humedad del ambiente la pude notar desde primera hora de la mañana, cuando me tuve que vestir de traje para recoger en el acto de graduación de Ingenieros de Caminos el premio CYTAMA a mejor expediente en el área de Ingeniería de Costas de la pasada promoción. ¡Qué sudada! A las 14:00h y con el premio ya recogido cambié rápidamente el traje por la indumentaria triatlética y me fui para Laredo a correr un triatlón duro pero precioso, sobre distancia olímpica (1500-39-9,6).
Más de 300 triatletas se dieron cita en la prueba laredana, donde, sin duda, la buena organización y servicios ofrecidos el pasado año fueron un reclamo para que en la presente edición se agotaran las más de 300 plazas disponibles meses antes de la carrera.



Varios espartanos presentes en la salida: Javi Bravo, Cifrián, Grijuela, Alex Fernández, Luis, Dani Carrera, Manolo Ramos, Benaite, Nanduco, Alberto, Juan, Nuria y Patri, otros desde la grada como Juanillo, que no paró de darnos ánimos toda la carrera; y otros muchos que no pudieron venir, como Pablo Martín o Martín Ramos. Todos dispuestos a revalidar nuestro lugar en el pódium por equipos tras el tercer puesto logrado en Suances.
A las 16:30 h se dio la salida a las chicas y 10 minutos más tarde saldríamos la primera tanda de 160 chicos (la salida se dividió en tres tandas para evitar tapones en el agua).



Nos fuimos colocando a lo ancho entre los dos pantalanes del puerto que marcaban la salida. Yo, fiel a mi estilo, me puse a la izquierda del todo, así evito golpes y controlo al grupo por mi derecha. Con impaciencia esperamos en bocinazo de Julio, y al sonido de la bocina nos pusimos a nadar como locos. El primer escollo era la bocana del puerto. Había que salir de las instalaciones portuarias hacia la playa de Laredo, donde tres boyas marcaban un laaaargo circuito de 1500 metros con final, de nuevo, en el puerto. Salgo bien y recibo pocos golpes al principio, pero al salir por la bocana se forma un pequeño tapón del que no me libro y pego un buen trago de agua del Cantábrico... Una vez superado este primer cuello de botella empieza a haber más espacios para nadar y comienzo a ir cómodo. Trato de reconocer a los que están a mi alrededor pero no acierto a identificar a nadie. Me doy cuenta de que voy en el segundo grupo de carrera y que ya, desde los primeros 300 metros, nos hemos quedado cortados de los de cabeza. Como no veo nada me mantengo a pies del líder de mi grupo, nadando cómodo y sin agobios. Así van pasando los metros y las boyas. Me fío completamente de mis compañeros de viaje porque yo voy literalmente ciego y solo veo las boyas cuando estamos encima de ellas. Voy tan a gusto que en un momento me pongo a braza para tratar de ver quien va conmigo en el grupo y me parece ver a Roberto Cuesta y a Gorka Bizkarra ¡Buena señal!



 La vuelta al puerto se torna algo confusa y los que encabezan mi grupo se despistan un  poco haciéndonos recorrer algún metro de más. En ese momento de incertidumbre me pongo un poco nerviosos y me empiezo a dar leches innecesarias con algún compañero de viaje. Como no me gustan los líos me abro a la izquierda y me pongo en cola de grupo a falta de 100 metros para acabar la natación ¡ERROR! La salida del agua era por unas escaleras en las que solo caben dos personas a la vez... y allí llegamos 20 de golpe, así que me tocó esperar a que salieran los de delante, perdiendo unos valiosos segundos en esa transición. Aún así me cantan que voy el 14 al salir del agua, lo cual me alegra enormemente porque, pese a no nadar al 100% aún estaba en la pomada. La nota negativa de este primer sector fueron los más de 3 minutos que nos metió el grupo de cabeza... Demasiado tiempo perdido; un hándicap difícil de recuperar en la bici.



Cojo aire en la T1, me quito el neopreno, casco a la cabeza y a por 39 km de bici. Salgo de boxes detrás de Gorka y de Cuesta, a quienes no volvería a ver hasta meta... ¡Qué máquinas en bici! Me subo a la cabra y al kilómetro empieza la agonía. Primera subida dura, de unos 3 km y con una recta al final que se hace eterna. Adelanto algún puesto, pero no conozco a los que voy pasando. Pese a llevar el viento a favor, la subida se me atraganta un poco al final y cuando llego al falso llano me cuesta acoplarme y darle fuerza a las bielas. Cuando lo consigo ya es en la bajada. Voy con mi 52-11 dando pedales toda ella y por delante sigo viendo algún triatleta. Sin tiempo para recuperar comenzamos a subir el segundo repecho. Meto plato pequeño y empiezo a subir piñones como si no hubiera un mañana, hasta que la bici me dice que ya no más... jejeje. ¡Cómo estoy sufriendo! La humedad del ambiente no deja respirar bien en las subidas y sufro. En plena agonía soy adelantado por Sergio Sobrino, que viene como un avión por detrás y me había recortado más de medio minuto en los primeros 7 km.... ¡Y lo que queda! pienso.



 Afrontamos la última bajada y los últimos 5 kilómetros "llanos" antes del giro. Intento ir acoplado pero me cuesta. Sin embargo mantengo la referencia visual con Sobrino a unos 200 metros. En ese tramo paso a Cazorla y antes del cono me empiezo a cruzar con los líderes: Barroso, Correa, Gorka, Cuesta, Bustillo, Sobrino y yo. Damos media vuelta y veo que viene Loroño con el turbo puesto y dispuesto a quitarme las pegatinas de un momento a otro. No me equivoco, porque el hombre las patas de acero, la sonrisa eterna y los bigotes como seña de identidad, me deja clavado y encima le da tiempo a animarme... Pufff menudo repaso. Veo cómo el del Santander va comiéndole terreno a Sergio Sobrino hasta que en la primera de las subidas da cuenta de él. En ese momento de carrera, de los 7 primeros, 6 eran del Santander. Empiezan las duras rampas y voy perdiendo de vista los bigotes de Loroño. Me retuerzo como una anguila y corono manteniendo la posición con Rodri, que venía por detrás recortándome. 



Tan solo quedaban 12 km a meta y una última subida donde las piernas empiezan a funcionar ¡A buenas horas! jejeje. Me siento mucho mejor en este último repecho y subo a ritmo alegre. Corono y me lanzo hacia Laredo con cuidado de trazar bien las curvas. Terminar en bajada el segmento ciclista ayuda a recuperar muscularmente. Llego al puerto y veo la cantidad de gente que se agolpa en los alrededores del circuito y me anima en mi paso por la Villa y me vengo arriba. Entro en boxes en 8ª posición, a menos de un minuto de mis inmediatos predecesores (Loroño, Bustillo y Sobrino). 



Hago una lenta transición en la que me paro a poner calcetines, para evitar las rozaduras de Suances, y me lanzo deshidratado a por los 9,6 km finales por los muelles y espaldones del puerto. En el primer avituallamiento, a los 10 metros, cojo dos botellines de agua, uno me lo bebo enterito y otro me lo tiro encima ¡Qué calor!



 Corro despacio el primer km dejando que se asiente el líquido en el estómago y tras un pequeño descanso pongo el turbo y adelanto a Loroño, quien me anima de nuevo y yo, desagradecido de mí, no tengo fuerzas más que para levantar tímidamente el pulgar en señal de aprobación. En el km 4 llego hasta Bustillo y Sobrino, me pongo unos segundos detrás para coger aire y vuelvo a poner mi marcha. 



Ya soy quinto y por delante, Sergio Correa está a 1 minuto. Aunque no sé que iba a ser más difícil, si pillar a Sergio o mantener la posición con tres gacelas que venían volando bajo por detrás: Rodri, Raúl y Ferreiras estaban a menos de 1 minuto de mí pero en cada giro veía que se acercaban un poco más. Con los ánimos del público, de mi chica y de mis padres y con un botellín de agua que me metía entre pecho y espalda en cada avituallamiento, fui cubriendo los metros sin decaer el ritmo, siempre sobre 3:25 el km.
En el último cono, a 1 km de meta, veo que Sergio está a 20 segundos, así que aprieto más aún e intento pillarle, pero soy incapaz y entro en meta en un sufrido 5º puesto. Victoria para Barroso, seguido de Gorka, Cuesta, Correa y yo. Las gacelas de detrás no me pillaron pero entraron cerca.



Muy buena carrera en general, con poca chispa en bici pero aguantando el tipo para repetir el 5º puesto de Suances. Aunque esta vez con una mayor participación aunque con ausencias como las de Felipe y Min que se notaron.

Pero sin duda, lo mejor de todo fue el segundo puesto por equipos, que no pude saborear en directo porque me tuve que ir antes de que diesen los premios. Un orgullo para un equipo modesto como el nuestro poder meternos en dos podiums de equipos consecutivamente ¡ENHORABUENA ESPARTANOS!

Gran detalle de la organización que puso a disposición de los triatletas una piscina de agua fría para relajar las piernas. Sin duda un acierto. Y coincidiendo con nuestro bañito en la piscina recibimos la visita del recién graduado Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Felipe, que daba el toque elegante al panorama sudoroso y maloliente al término del triatlón.



Y nada más, la próxima parada será el fin de semana que viene en Navajas (Castellón) para correr con la selección cántabra el campeonato de España de Autonomías sobre distancia sprint y con drafting. No es la prueba que mejor me viene pero no quiero perder la oportunidad de vivir una experiencia así.

Quisiera agradecer, una vez más, a todos aquellos que con vuestras fotos ayudáis a que crónicas como esta tengan algún sentido (no me quiero imaginar el tostón que sería si no le pongo fotos)

Un saludo y nos vemos en la próxima ;)


martes, 10 de junio de 2014

TRIATLÓN DE SUANCES 2014. Una carrera de LOCOS

Nada más cruzar la meta en el Mundial de Pontevedra una parte de mi cerebro empezó a cambiar el chip del duatlón por el del triatlón. A penas una semana después de haber vivido tantas emociones tocaba ponerse, un año más, el neopreno y estrenar temporada de triatlón.

La semana previa probé, por primera vez este año, en agua del Cantábrico, yendo a nadar a la Arnía con Pablo, que además de ser un sitio precioso, me queda muy cerca de donde trabajo. Las primeras sensaciones con el mar no fueron malas. Para los zotes como yo que en la piscina somos más burros que un "arao" porque se nos hunden las piernas, ponernos un neopreno es como enchufar un turbo. ¡Menuda diferencia!

Y con esas nos plantamos en Suances, el triatlón más duro del Circuito Cántabro, según mi opinión, con una distancia olímpica de rebajas (como diría Pablito jeje) de 1,2km de natación en la playa de los Locos, 30 kms de bici bastante duros y con subida a Ubiarco por los dos lados y 8 kms a pie sin un metro llano.

El día no podría haber amanecido mejor. Un sol radiante y bastante calor dieron la bienvenida a los triatletas que a las 9 de la mañana hacían cola para recoger dorsal, gorro y chip. Las charlas previas a la carrera eran casi monotema y versaban sobre la falta de entrenamiento en el agua de unos y de otros (yo también lloré un poco). Con tiempo suficiente metí la bici en boxes y preparé toda la logística. ¡Cómo se complica la organización del material en los triatlones! Pienso constantemente si lo tengo todo en su sitio, si no falta nada, porque son muchas cosas las que controlar.



A eso de las 10:30 bajamos a la playa de los Locos y al meterme al agua a calentar me doy cuenta de las duras condiciones del mar: un mar de fondo con olas no muy grandes pero muy energéticas que hacen difícil superar la zona de rompientes. La natación es a dos vueltas, con lo que tendremos que pegarnos con las olas en dos ocasiones. Vamos cogiendo posición, con la tensión que supone no saber cuándo van a dar la salida aquí en Cantabria, pero es algo que le da vidilla y me gusta. Nos miramos unos a otros, en cuanto salte el primero vamos todos detrás, y así fue. 



No sé qué triatleta abrió la veda, pero todos reaccionamos al instante, lanzándonos a por las olas. Intento avanzar haciendo el delfín (más bien parezco un boquerón inútil), pero las olas me rompen en la cara y me es imposible avanzar. No me atrevo a meterme por debajo y las salto en plan placaje. ¡Qué locura! Miro a mi alrededor y estamos todos igual, desperdigados a lo largo de la playa y a merced del oleaje. Cuando por fin consigo superar la zona de rompientes empiezo a nadar enfilando la primera boya. Antes de llegar alcanzo a Pablo Gutierrez, a quien me pego por su derecha y le toco un poco las narices. Voy con él toda la primera vuelta hasta llegar a la zona de rompientes de nuevo, donde una gran ola lanza a Miguel Ruiz sobre mí, llevándose este la peor parte con un corte en la barbilla y unos puntos de sutura. El golpe en la cabeza me deja un poco tonto y dejo de nadar. 


Voy caminando tranquilamente hasta la orilla mientras recupero un poco el sentido. Giro en la bandera de Caja Cantabria y de nuevo a por las olas ¡Qué tortura! De la que me meto de nuevo en el agua veo a Fernando Barroso que viene  en sentido contrario retirándose de la carrera. Esta vez me cuesta menos entrar, pero el tiempo perdido tras el golpe hace que Pablo se me haya ido unos 30 metros, que le voy recuperando poco a poco mientras nado a la par con Fernando Román. Llego a la orilla y corro por la arena para pasar a Pablito antes del punto de control del chip (que zorro soy jejeje) mientras enfilo las escaleras voy oyendo por detrás a Pablo gritarme de todo. Este hoy caga cuadrado de la alegría, pienso.



Mientras subo las escaleras medio corriendo y medio andando me pregunto en que posición iré. La natación tan especial de ese día no permitía ubicarse en el pelotón. Sin embargo, al llegar a boxes veo que están casi todas las bicis (buena señal). Conmigo llega el asturiano Zapico y poco detrás Fernando Román, lo que quiere decir que aunque el acto de nadar haya sido ridículo, la posición no era tan mala. 



Me cambio y arranco la bici con 4 minutos de desventaja respecto a Sergio Correa (lider) y poco más de uno respecto al grupo de Felipe y Gorka Bizkarra, los otros favoritos. Nada más coger la bici gano puestos adelantando, entre otros a Iñigo Calderón y a otro triatleta que no consigo distinguir.



 En la rampa anterior a Ubiarco me pasa Zapico como una bala, algo previsible viendo el nivel postrado por este en los últimos triatlones. Sin embargo, al superarme no me saca mucha ventaja y le mantengo a tiro hasta que al empezar a subir Ubiarco se le sale la cadena y tiene que parar. Yo sigo para arriba, sufriendo en este puertecito con rampas de más del 10% que se agarran como ventosas. Poco a poco voy pillando a Emilio Alonso, a quien alcanzo justo antes de coronar. 



Las sensaciones sobre la bici están siendo buenas, no tanto como en Pontevedra pero con cabeza y sin pasarme voy recuperando posiciones. Miro un segundo para atrás y veo que Fernando Román viene cerca. Doy pedales en la bajada y antes de llegar al giro me empiezo a cruzar con los primeros. Cuento... Correa, Felipe, Gorka, Min, Cazorla ¡y yo voy sexto! Empiezo la subida y adelanto a Cazorla, poniéndome quinto provisional. Puesto que me dura menos que un caramelo en la puerta de un colegio, justo hasta que la Loroñomotora me quita las pegatinas y me deja clavado. ¡Cómo andan esos bigotes! Voy a ritmo en toda la subida y poco antes de coronar, en la parte más dura, Fernando Román me adelante. ¡Cachis! Román es de los peores rivales con los que puedes luchar cara a cara, va muy bien en bici y corriendo sabe sufrir y cuesta mucho mucho mucho dejarlo.



 Le mantengo la referencia a unos 50 metros. No quiero que se escape demasiado. Así transcurren los últimos kilómetros de bici, sector en el que consigo uno de los mejores parciales de carrera y llego a boxes 7º a escasos metros de Román y a unos 20 segundos de Loroño. Transición rápida y a sufrir las cuestas.



Salgo muy rápido a pie, quizás demasiado. Confío mucho en mi carrera a pie y sé que es mi punto fuerte y donde puedo remontar. Nada más salir adelanto a Fernando Román y en el km 2 a Loroño, pero cuando empiezo la cuesta de la penitencia hasta el giro peto.



 Petada monumental. Tener al competidor que te precede a casi 3 minutos no ayuda a motivarse y empiezo a correr de una forma cansina. Miro para atrás y veo que Román me aguanta. Pufff ¡hoy no! No me aprietes que no tengo ganas de sufrir, pienso. Pero la sombra del de Buelna está cada vez más cerca. ¡Qué agonía! Llevarlo detrás me está haciendo sufrir más de la cuenta, así que mitad de segunda vuelta me dejo alcanzar. Por lo menos así vamos juntos y no voy con la presión y el agobio de tener a alguien a 10 metros y no ser capaz de despegarlo. Hablamos de entrar juntos en meta, los dos vamos muy justitos de fuerzas así que preferimos ayudarnos mutuamente en este último sector.



 Vamos juntos hasta a falta de un km, cuando vemos unos metros por delante la figura de Min. ¿Vamos a por él? me comenta. Yo le digo que sí y apretamos el ritmo de tal forma que Román cede unos metros y yo intento me lanzo de forma suicida cuesta abajo a por el des Santander. La meta está cerca y veo que no llego, pero entro en quinta posición que me deja muy buen sabor de boca, pese a la mala natación y a la petada corriendo.



 Las sensaciones en este último sector fueron malas y siempre con la sensación de ir muy parado. Sin embargo, al salir las clasificaciones veo que he hecho el mejor parcial a pie y me da la risa. ¿en serio? jajaja no puede ser que con lo mal que corrí marque el mejor parcial. Esto me sube la moral mucho mucho porque el día que me encuentre bien lo voy a pasar pipa al final de carrera jejeje.

La victoria fue para Gorka Bizkarra, que hizo doblete tras ganar otro triatlón el día antes. Segundo entró Felipe, que cedio la plaza con Gorka en el último sector, y tercero fuer Sergio Correa, que tras una natación y una bici espectaculares, le costó rendir a su nivel en la carrera a pie, pero se lleva un podium en una de las pruebas más duras del circuito.

Y la alegría del día nos la llevamos los integrantes del Camargo-Astillero cuando nos llaman al podium al haber hecho terceros por equipos ¡¡TOMA YA!! Primer tri de la temporada y primer podium.



Y poco más que contar, el día acabó maravillosamente con una barbacoa en casa de Vanesa donde me puse morado a base de hamburguesas, salchichas, alitas de pollo, chorizo... Vamos, que las gallinas que entran por las que salen, y tras haber quemado unas cuantas calorías en el agónico triatlón me encargué de recuperarlas de nuevo, y con intereses.
La próxima cita Laredo, en un par de semanas. Hasta entonces a seguir sumando entrenos y horas de diversión.


SALUDOS!

sábado, 7 de junio de 2014

Campeonato del Mundo de Duatlón GGEE Pontevedra 2014

En muchas de las crónicas de este último año he empezado diciendo que “ha sido la carrera más especial de mi vida”: Triatlón de Santander, en el que me jugaba el circuito cántabro con Felipe Santamaría, la San Silvestre de Oviedo, en la que conseguí un tercer puesto que me supo a victoria, o el Cto. de España de duatlón en Avilés, en el que me colgué un bronce en mi grupo de edad. Pues bien, hoy estoy obligado a repetirme: “El mundial de duatlón de Pontevedra ha sido la carrera más especial  y el mejor momento deportivo de mi vida”.

Todo listo una semana antes... no soy cuadriculado, llámame "metódico" jeje

Sigo en una  nube, y supongo que se notará mi ilusión en la forma de escribir esta crónica. Acompañado por mi familia, mi chica, amigos pontevedreses y compañeros del mundillo del triatlón cántabro, y empujado desde la distancia por muchos otros amigos del colegio y de Felechosa, compañeros de atletismo, de la Universidad y del IH Cantabria, he conseguido la medalla de plata en el Campeonato del Mundo de Duatlón en mi grupo de edad de 20 a 24 años, y no éramos cuatro gatos…

¿Empezamos?
Viernes por la tarde. Después del trabajo,  Vanesa, Cristina y yo ponemos rumbo a Oviedo. La carrera es el domingo y prefiero descansar esa noche en casa, antes de continuar viaje a Pontevedra.
Llevo una semana de vida “espartana”: comidas, entrenos, horas de sueño, material… Todo controlado al milímetro para no dejar nada a la improvisación el día de la carrera. El material está a punto desde el miércoles y yo me encuentro muy ilusionado con la experiencia de poder correr mi primer mundial en España.

Había que sacarse esta foto

El sábado por la mañana llegamos a Pontevedra, y tras dejar las cosas en el hotel, recogemos el dorsal y nos dirigimos a vivir el AMBIENTAZO deportivo que se respiraba en la ciudad. Ese mismo día se disputaron las carreras Elite y paraduatlón. Animamos a Inma  Pereiro en su carrera y vibramos con el bronce de Emilio Martín en categoría masculina. Al día siguiente,domingo, sería mi turno. A las 8:30 de la mañana teníamos la salida los grupos de edad en distancia sprint, así que prontito para la cama y a descansar como se merece la ocasión.  Un par de tilas y a las 9 de la noche ya estaba yo jugando a las cartas con Morfeo.

Deslumbrante... ;)

A las 3:30 am, suena el despertador ¡A desayunaaaaar! Sí, amigos, sí, mi estómago es tremendamente caprichoso y muele despacio, 5 horas para hacer su trabajo, así que el madrugón es una vieja costumbre que respeto y con la que siempre me fue bien. Tomo mi tazón de cereales con un batido de chocolate, dos “casadiellas” de Felechosa (repostería asturiana de nuez y avellanas) y a la cama de nuevo hasta la hora de la carrera.

7:00 am  Todo en marcha

A las 6 vuelve a sonar machaconamente el despertador ¡Maldita sea! Estaba en lo más profundo del sueño. Me levanto,  pongo el chándal y voy a dejar la bici al box. Estudio con minuciosidad la transición, porque tiene tela. Allí conozco al tinerfeño Rubén Velázquez, campeón de España de duatlón cross y que iba a competir en mi grupo de edad. Sin duda uno de los favoritos al triunfo. Hablamos acerca de la alta participación inglesa en la prueba y, aunque no conocemos a nuestros rivales, viendo los países de procedencia (Estados Unidos, Canadá, México, Inglaterra, Armenia, Australia…) suponemos que el nivel será alto.

Digan lo que digan este es el peor momento de todos... concentrado

Tras dejar la bici vuelvo al hotel a terminar de prepararme y 1 hora antes de la prueba ponemos rumbo al estadio, donde se daría la salida.
¿Nervioso? La verdad es que no. Es una de las carreras con menos presión de las que he corrido, y lo tengo todo muy estudiado: Mi idea es hacer un primer 5000 a 3:15, guardando fuerzas para  una bici de 20 kms, sin drafting, en la que se va a decidir la carrera. De la dureza del sector ciclista había sido avisado el día antes, pues los primeros 10 kms son todo subida y con el viento en contra. ¿Plato pequeño o plato grande? ¿Cabra o flaca? La diversidad de opiniones entre los duatletas era patente antes de la salida.
El tiempo pasa rápido y cuando me quiero dar cuenta ya estoy en la cámara de llamadas. Esto arranca señores… TRES…DOS…UNO…PEEEEEEEE

La armada española de GGEE liderando la carrera

Salimos de la pista de atletismo como cohetes. Empiezo relajado los primeros metros y me adelanta hasta el apuntador. Se forma un pequeño embudo en la primera curva… ¡Cómo se corre en un mundial, madre mía! Empezamos la primera de las dos vueltas con un repecho de los que quita el hambre. Al coronar es cuando empiezo a recuperar posiciones. No sé cómo voy en mi grupo de edad, pero de la general calculo que el 50 o así. 

El Campeón del Mundo en GGEE 20-24 Ben Cockburn y yo al fondo en el primer sector

Mucho rojo veo yo aquí Rubén ¡Voy a por tí! jejeje

Me paso toda la primera vuelta adelantando gente, muchos de ellos con dorsal blanco (GE 20-24), como yo, contra los que me estoy jugando la carrera. Uno de los últimos rivales que adelanto en esta vuelta es Alberto Romero, a quien ya conocía del pasado Campeonato de España y tenía en la lista de candidatos a las medallas. Las piernas van genial y pese a rodar a 3:15 el km. me veo muy entero; buena señal. Subimos la cuesta por segunda vez y continúo progresando.

Postureo

Con el bueno de Sergio. Toda la temporada corriendo juntos en Cantabria y en el Mundial también :)

 Consigo llegar a la transición entre los 20 primeros y tercero de mi grupo de edad, tras Rubén Velázquez, el chico con el que había estado conversando por la mañana y el británico Ben Cockburn. A escasos 30 segundos vienen los españoles Alberto Romero, José Manuel Vázquez y los ingleses Benjamin Griffiths y Harry Villa.

Arrancando la moto

Transición larguíiiiiisima, rodeando el campo de fútbol del estadio, y a por los 20 km de bici. Elegí la cabra para esta ocasión, y pese a los 10 kms de subida iniciales no me equivoqué en absoluto. Al no soplar demasiado viento pude meter el plato grande y acoplarme desde el principio. Cruzamos el famoso puente atirantado y cogimos la Nacional que va hacia Santiago. Por delante veo a un grupito de españoles ¡A por ellos! Para mi sorpresa los adelanto a todos sin mucho esfuerzo y me pongo a liderar el grupo perseguidor. Entre los adelantados estaba Rubén y el inglés Cockburn que habían corrido más rápido que yo, así que voy ¡PRIMERO DE MI GRUPO DE EDAD!

¡¡¡Allá vamos!!!

Pedaleo a tope pero no consigo despegarme del numeroso grupo que me sigue y me adelanta nada más empezar la última subida. Duro, durísimo se me hizo este tramo antes del giro, teniendo que meter plato pequeño y sufriendo para no descolgarme. Como la carrera es sin drafting, debemos  tener cuidado con los pelotones que se forman. No me gusta el grupo que me acaba de engullir, así que nada más coronar  arreo y me pongo el primero del mismo, llegando al cono en cabeza del primer grupo perseguidor. Empieza la bajada y sigo tirando. Me encuentro bien y los primeros no nos sacan mucho. Nos vamos acercando a Pontevedra y justo antes de la transición me veo engullido de nuevo por ese gran grupo que me seguía. Da rabia porque cuando te pasa uno también te pasan 20, y durante unos segundos es imposible mantener la distancia reglamentaria con el que va delante. 

Rubén y yo bajándonos primero y segundo

Vuelvo a repetir la estrategia de la ida y pego un acelerón para ponerme el primero de nuevo. Esto me permite bajar de la bici en cabeza de mi grupo y entre los 10 primeros absolutos. Miro a la derecha y veo que Rubén ha llegado a la transición conmigo. Al británico no lo ubico, pero presiento que las medallas nos las vamos a jugar nosotros tres  Corro por la eterna zona de boxes hasta mi sitio, dejo la bici, el casco, zapatillas puestas y a volar. 

Más igualado imposible
Consciente de que mis compañeros de viaje corren más que yo (así lo habían demostrado en el primer segmento a pie) me centro en los de mi grupo de edad. Salgo del estadio y ¡¡¡ voy primero!!! No me lo creo, si me dicen que me iba a bajar de la bici en ese puesto diría que no es posible. Rubén viene por detrás muy fuerte y yo voy un poco “palmao”, pero empiezo a oler el pódium.

Muriéndome (Toma 1)

Muriéndome (toma 2)

 No se me puede escapar en 2,5 kms, estoy en mi terreno. Subo la cuesta y sufro, sufro mucho, pero no pierdo posiciones. El esfuerzo de la bici me está pasando factura, aunque la lucha por las medallas hace que me olvide todo y solo corra. Entramos en el casco antiguo de Pontevedra y veo el cartel de 1,5 kms a meta. Es entonces cuando vislumbro la figura esbelta del británico Cockburn, que aparece por mi derecha, se me pone en paralelo, me mira el dorsal, me mira a la cara y aprieta. ¡Mierda! Lo intento seguir pero cedo algún metro y me es imposible pillarlo. Aún falta 1km y voy 10 metros por detrás. Llegamos a la última recta antes de entrar al estadio y llevo la cara desencajada, pero los ánimos del público que abarrotaba todo el paseo paralelo a la ría mitigaban mi agonía. Miro para atrás y no veo a nadie. “Pufff la que estás liando Pelayín, la que estás liando”… pienso.



Al contemplar el estadio empiezo a creer en la medalla. Entro en la pista de atletismo, miro para atrás una y mil veces, confirmando que tengo margen suficiente, piso la alfombra azul de recta de meta y en la valla veo a Vanesa que me entrega la bandera de España. Enarbolando la bandera cruzo el arco de meta como ¡¡¡SUBCAMPEÓN DEL MUNDO de GE 20-24!!!








 El británico Ben Cockburn se proclamó campeón del mundo, Congratulations!; mientras que mi amigo tinerfeño, Rubén Velázquez, por el cual me alegro mucho, se llevó el bronce. Este último es el duatleta con el que más he hablado durante el fin de semana y con quien ahora comparto una buena amistad. ¡Enhorabuena amigo!

Recién sudaditos los tres. Podium de Grupos de Edad 20-24
Fue cruzar la meta y empezar a vivir un sueño hecho realidad. Se me olvida el cansancio acumulado por el esfuerzo y corro a la grada a abrazarme con Vanesa y con mi familia: mis padres, mis tíos, Cris y su padre, Poo, Isra, todos emocionados. La emoción me embarga a mí también, pero no me sale una sola lágrima. De camino por la grada me felicita el público que me había visto llegar segundo. Pasamos media hora de fotos e intentando serenar los ánimos. Me acuerdo de todos, los que están y los que no han podido estar pero me han dado la fuerza necesaria para conseguirlo. Los que me han acompañado hasta aquí en el camino, aguantando mis horarios espartanos, ayudándome en los entrenamientos, los que han puesto un granito de arena económicamente para que pudiera estar en Pontevedra (Nuteca, muchas gracias)  disputando este mundial. Me acuerdo de quienes se alegran por mí y de los que en el 2011 me dieron el impulso que necesitaba para empezar a practicar este deporte…








Para un deportista amateur, como yo, que no dispone de los medios ni de la dedicación que requiere competir en categoría élite, poder hacerlo en Grupos de Edad es una oportunidad para disfrutar de este deporte y enfrentarse, en igualdad de condiciones, a rivales de otros países en los que el duatlón goza de un altísimo nivel.

 He vivido en Pontevedra el momento más feliz de mi vida deportiva, he disfrutado como el que más y he visto cómo este sistema de competición, tan criticado por muchos, ha hecho feliz a mucha gente durante esos días. Se le podrá dar más o menos valor a lo conseguido, pero las sonrisas, las lágrimas de emoción, la ilusión y, en definitiva, la alegría de la gente que participó en este mundial no hay dinero que lo pague ni comentario que lo destruya. Y con eso me quedo.

La jornada fue increíble en todos los sentidos. Todo se desarrolló en un magnífico día de sol que sirvió para realzar el espectáculo deportivo por las calles de la acogedora y hermosa ciudad de Pontevedra, a la que, a partir de ahora, le tendré un cariño especial.

Como la ocasión lo exigía, junto a mi familia, nos fuimos a comer para celebrarlo a un restaurante al pie del circuito. Así, entre plato y plato tuve tiempo para salir a animar al resto de españoles (sobre todo a cántabros y asturianos) que participaban en la distancia standard, y especialmente a mi compañero de equipo y gran amigo Poo, que es el mejor ejemplo de ilusión, alegría y felicidad en el deporte.

Tuvimos que esperar a las nueve de la noche para recibir las medallas en una ceremonia muy bonita, sobre el escenario donde luego iba a actuar la orquesta Panorama y ante miles de personas. Fue allí donde más saboreé lo conseguido. Subí al pódium con la bandera de España, miré abajo y allí estaban Vanesa y Cris, luego miré al cielo donde también está mucha gente que me quiere y que seguro que están compartiendo esa felicidad conmigo, me colgué la medalla al cuello y se lo dediqué a ellos.

Pufff se me pone la piel de gallina todavía ahora

Venga p´acá que la medallita es mía 

¿Y ahora, qué? Pues ahora a seguir como siempre, mi día a día, mis entrenamientos con mis amigos de siempre, mi equipo y las carreras de Cantabria, donde llevo disfrutando 3 años del duatlón y del triatlón. Además, nuevos proyectos me esperan, proyectos que han surgido en estos días y de los que informaré dentro de poco.

También quiero aprovechar para lanzar una petición de colaboración de material deportivo y otras ayudas que me permitan alcanzar nuevas metas. Llevo muy poco en esto y mi curriculum no es muy extenso, pero prometo seguir mejorando y poniéndole ganas. Si alguien está interesado en colaborar conmigo se lo agradezco anticipadamente, ¡¡¡ lo mejor está por llegar!!!…

Saludos y muchas gracias!! J