viernes, 20 de marzo de 2015

CAMPEONATO DE ESPAÑA DE CROSS 2015: De cabeza de ratón, a cola de león

Apenas recuperado del subidón de la media maratón de París, recibo la noticia de que finalmente estoy en la selección. Cántabra de Cross que el domingo siguiente a la cita parisina se iba para Alcobendas al Campeonato de España de Campo  a través. Sinceramente, la noticia me sorprende y me alegra. Toda la temporada de invierno cobra sentido con esta selección que, quizás, me llega un poco joven, pero que pienso aprender de ella como nunca y ser una esponja al lado de los mejores crosistas de la región, como Javi Crespo o Roberto Ruiz, gente a la que admiro desde que empecé en esto del atletismo y con la que iba a tener la suerte de compartir equipo.





Afronto la semana con mucha calma y dándole al cuerpo exactamente lo que él me pide. Es difícil recuperarse de una carrera larga como una media en tan poco tiempo, así que nada de excesos, para intentar llegar a Alcobendas lo más fresco posible. El sábado por la mañana cojo el bus en la Albericia, ataviado con el chándal rojo de la selección y acompañado por los equipos junior, promesa, Sénior y algún veterano como mi amigo Poo que casualmente ha estado siempre presente en las carreras más importantes que he corrido. Todo un placer tenerle de nuevo a nuestro lado.



El equipo Sénior masculino finalmente estaba formado por Sergio Correa, Javier Crespo, Marcos Fernández Roberto Ruiz, David Álvarez, Yassine Laazzaoui y yo. Las bajas de última hora  de Hachoumi y Pepin hicieron que fuéramos solo siete los presentes, debiendo acabar al menos 6 para puntuar. Luego, el primer objetivo personal estaba claro: ser uno de esos 6 que puntuasen para el equipo.
Llegamos a Alcobendas a las 18:00h. Santi Velasco, el delegado de la Federación que nos acompaña, hace el reparto de habitaciones. A Sergio Correa y a mí nos toca juntos.¡ Perfecto! porque nos conocemos bien y ya habíamos compartido Selección Cántabra de Triatlón en los pasados Campeonatos de España en Navajas (Valencia).

Sin apenas tiempo para dejar las cosas nos reunimos toda la delegación para reconocer el circuito y soltar las piernas. Las primeras impresiones sobre el mismo fueron de sorpresa. Me resulta difícil calificarlo, pero lo más apropiado sería decir que es una mezcla entre tortuoso y duro. Y cuando digo duro me refiero a los dos sentidos de la palabra: duro por las cuestas que tiene y duro por el terreno, que en su mayoría transcurre por caminos de tierra seca. Se hizo de noche en Alcobendas y la temperatura, cada vez más baja, invitaba a refugiarse en el hotel.



A las 21:00h cenamos todos juntos un menú típico de atletas, aunque demasiado tarde, para mi gusto, y quizás un poco copioso (yo soy de los que ceno poco la noche antes). Pero, es ver la comida en el plato y no me puedo reprimir. Arroz blanco con tomate de primero, pescado a la plancha con patatas cocidas de segundo y un plátano de postre. Listos para irnos a dormir y darlo todo por mi "tierruca" de adopción atlética.
A las 8 de la mañana sonó el despertador, miré el móvil y me encuentro con un mensaje de mi madre que dice algo así como que está en la cafetería de mi hotel ¡NO ME FASTIDIES! ¡SORPRESÓN! Aunque viniendo de ella no me sorprende nada. La muchacha se plantó en Madrid tras salir de Oviedo en autobús a 1 de la madrugada. Eso sí es amor de madre. Desayuné con ella y me volví a la habitación. Nuestra carrera era a las 13:05h y, como el circuito estaba a unos 5 min trotando desde el hotel, no había ninguna prisa por ir pronto. Tanto Sergio como yo disfrutamos de las carreras de los junior por televisión, apurando hasta el último momento para descansar y relajarnos.

A eso de las 11:30h pusimos rumbo al circuito con la intención de ver a los promesa. ¡Qué ambientazo! Por lo sinuoso que era el trazado, permitía al público estar completamente encima de los atletas y formar pasillos humanos. Dejamos la mochila en la carpa de la selección cántabra, habilitada por la organización (¡qué nivel!) y nos pusimos a calentar con casi una hora de margen para la carrera.



Las sensaciones de ese primer trote suelen decirme a la perfección cómo me voy a encontrar, y, pese a haber corrido una Media Maratón una semana antes, las sensaciones fueron espectaculares. Todos los integrantes Sénior Masculino de la Selección Cántabra calentamos juntos. Es un lujo cruzarte en el calentamiento con las figuras de atletismo nacional: Carlos Alonso, Toni Abadía, Abad, Mechal, Bezabeh, Javi Guerra, Villalobos... ¡Casi nada! ¡Qué de gallos en un mismo corral y qué privilegio estar allí, como uno de los elegidos para representar a la tierruca! Me sorprendió el ambiente de concentración que había durante el calentamiento. Yo, acostumbrado al  ambiente más distendido y relajado de los crosses de Cantabria, me resultaba extraño ver a la gente que apenas hablaban unos con otros y cuyas caras de concentración denotaban la importancia que le daban a esta carrera.
Pese a ello, disfruté del calentamiento como nunca en mi vida, y un cuarto de hora antes de la salida nos pasamos la cámara de llamadas. Estamos dentro, ya no hay vuelta atrás, encerrados en el corralito de los atletas intentaba hacer progresivos al lado de todos los gallos. Esta carrera es, quizás, la más importante de España en la disciplina del Cross, pues reúne a atletas de todos los perfiles, desde medio fondistas de 800 y 1500, hasta maratonianos.





Nos colocamos en el cajón número 15. Yo decido ubicarme el último de la selección, pues a priori entré como reserva a última hora y es justo que ceda las plazas a mis compañeros. Yassine y Crespo se colocan los primeros, uno al lado del otro. Vista al frente. La pista de tierra por la que vamos a volar en apenas unos segundos apunta al cielo y se pierde en el horizonte. Se puede cortar la tensión con un cuchillo, todos preparados...¡SALIDA!



Me quedo atascado en el cajón (lo previsto) y cuando por fin me libero, corro como si no hubiera un mañana persiguiendo a la manada de búfalos que me precede. La polvareda que se levanta es tal, que de repente dejo de ver más allá de 10 metros, pero soy consciente de que voy de los últimos. Llueven codos por coger posición para la primera curva. La temida recta inicial de subida se termina y giramos a la derecha para hacer un bucle por la hierba y tirarnos pista abajo como camicaces. 



Sigo de los últimos, pero no me importa. Pasarse en los primeros metros significa hipotecar la carrera y, probablemente abandonar antes de completar las 6 vueltas (12 kilómetros) de los que consta la carrera. En la bajada empiezo a ganar posiciones y me coloco a la par de mi paisano Pablo Ibáñez. No miro el reloj, pero noto que el pulso va alto, esto no va a ser como la Media de París, aquí me voy a tener que exprimir mucho más, primero, para no ser doblado y segundo, para no quedar de los últimos. Completo la primera vuelta y parece que me voy asentando, hasta que me adelantan dos chicos que vienen a buen ritmo y me animo a sufrir para ir con ellos. ¡Acierto! Pegado a su estela empezamos a pasar corredores con cuentagotas. Ya antes había pasado a David Álvarez, por lo que en ese momento era el sexto de Cantabria y, por tanto, estaba en puesto para puntuar.
A mitad de segunda vuelta levanto la cabeza y para mi sorpresa veo a Sergio muy cerca. Le paso y observo que lleva mala cara. Solo espero que sea una crisis pasajera y recupere el ritmo que tiene en las piernas. 





Yo sigo a lo mío, a la estela de mis dos amigos, sufriendo, pero con la sensación de ir rápido (dentro de lo que el "cuestudo" circuito nos permite). Empezamos la tercera vuelta y justo al inicio de la zona de subida con curvas (tipo Alpe D´huez) me veo encima de Yassine, a quien supero sin que intente siquiera seguir mi ritmo... ¿qué está pasando? ¿tanta factura ocasionó la primera rampa de salida? Pues sin comérmelo ni bebérmelo ya soy el cuarto del equipo. Por delante viajan Crespo, Tico y Marcos.





La cuarta vuelta transcurre sin sobresaltos y en la quinta me doy cuenta de que estamos alcanzando al grupo de Marcos y Pablo Ibáñez, este último, con quien empecé la carrera, me había dicho "hasta luego" en la segunda vuelta. Termina el quinto giro y justo en al inicio del sexto contacto con el grupo de Marcos y Pablo. Es en ese momento cuando mis dos compañeros de fatigas deciden cambiar el ritmo y me revientan por completo. Se me va el grupo con el que acaba de contactar y empiezo a pagar los excesos. Solo queda una vuelta, pero mis piernas dicen que "ya valió de correr" Cada zancada es un suplicio, literalmente, ¡voy muerto! Llego a las últimas curvas por el césped. Oigo los ánimos de mi primo, que había venido a verme tras el partido jugado en Leganés el día anterior, y me vengo arriba. Últimos metros, recupero la distancia perdida con mis predecesores, mente en blanco, zancada descontrolada y ¡META!



Exhausto. Es la mejor palabra para definir el estado en el que crucé la línea de meta. Exhausto pero contentísimo y consciente de que había hecho un carrerón, dentro de mis posibilidades. Puedo decir que este Campeonato de España entra en el top 3 de mis mejores carreras en atletismo. Y...¿el puesto de la general? os preguntaréis. Pues mi puesto final fue el 90 de 123, lo cual dice mucho del nivelazo que había en esta carrera y del privilegio de correr con los mejores atletas del país. De los representantes de la selección cántabra fui el cuarto en terminar, muy cerca de Marcos, que fue el tercero, a poco más de un minuto de Tico (segundo) y a dos minutos del incombustible Javi Crespo (Primer cántabro). El puesto del más gallo de la tierruca fue el 37ª, que es un puestazo pero que nos sirve para darnos cuenta del nivel que hay en Cantabria en relación a otras comunidades.

Y sin duda, el mejor regalo tras la carrera fue encontrarme con mis amigos Dani Lanza y Álvaro Renuncio (compañero de viaje en la Media de París) y con mi primo y mi madre. De verdad ¡MUCHAS GRACIAS a los cuatro! Es increíble viajar 500 kilómetros y contar con el apoyo de familiares y amigos. Otros cántabros del mundillo del atletismo también estuvieron allí animando, pero muy especialmente quiero agradecer a Cris Ruiz y a Rocío Soria por sus fotos, muchas de las cuales están ilustrando esta crónica.





Y nada más, con esta carrera cierro, ya sí, la temporada de cross, y lo hago con el mayor premio que me podía imaginar: representando a la región donde me formé como atleta, en un Campeonato de España. Espero haber estado a la altura de lo que se me podía exigir, pero lo que no se puede poner en duda es que me desfondé por este equipo con el que pasé un fin de semana difícil de olvidar.

Os dejo el enlace de Teledeporte con la retransmisión completa de la carrera:





y que dure...

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