sábado, 2 de mayo de 2015

CTO DE EUROPA DE DUATLÓN (GGEE): Recogiendo la cosecha del invierno

Está claro que no todo el camino hasta la meta es de color de rosa. Si de algo puedo sentirme afortunado es de llevar unos años sin lesiones que me impidan hacer cada fin de semana lo que más me gusta, que es competir. Pero esta vez surgieron pequeños imprevistos que supusieron un dificultad "extra" para lograr el objetivo que me marqué en esta primera parte de la temporada: luchar por una medalla en el Cto de Europa de duatlón en distancia Standard (10km a pie, 40km de bici sin drafting y 5 km de carrera a pie) en mi grupo de edad (25 a 29 años).

Dos semanas antes del gran objetivo volvía de Soria del Cto de España de duatlón con un sabor amargo, y no tanto por el resultado (5º) como por las consecuencias de la carrera, a dos semanas del europeo. Un pie izquierdo destrozado con una profunda herida en el lateral era el presagio de lo que sería una semana aciaga. Y como bien auguré, pasé la semana sin poder entrenar la carrera a pie, y lo que es peor, casi sin poder caminar. Completamente inútil me sentí durante toda la semana e incluso tuve que renunciar a competir en el Cto Regional de Duatlón de Polanco, carrera que había marcado con una "X" en mi calendario y que me serviría para medir mi estado de forma de cara al europeo de Alcobendas.



Y con estas llegamos a la semana previa. Por fin puedo calzarme las zapatillas de correr y rodar un poco. Lunes, Martes y Miércoles los dediqué a trotar suave, buscando sensaciones que, desafortunadamente no terminé de encontrar. En bici, sin embargo, me encontraba inmenso. Trato de entrenar siempre en el mismo circuito, donde tengo los tiempos de paso controlados y donde puedo medir mi estado de forma, y sin duda llegué a Alcobendas en las mejores condiciones para afrontar el sector que se preveía decisivo: los 40 kilómetros de bici sin drafting.

El viernes por la tarde viajamos a la localidad madrileña con la idea de salir a reconocer el segmento de bici. Lo que en un principio iba a ser un reconocimiento para coger confianza en este sector, se convirtió en un bajón de moral al ver las características del trazado. ¡28 GLORIETAS a pasar en cada una de las 4 vueltas! ¡Qué locura! El resumen de lo que allí me encontré es fácil de hacer: circuito pestoso, con repechos entre glorietas y con zonas verdaderamente peligrosas, curvas en bajada, badenes y alcantarillas, asfalto roto y rotondas en contra peralte. Un circuito no apto para "cabras" ni para cagones como yo. La idea de aferrarme en mi potencial sobre la bici para hacer buena carrera se había ido al traste. Mientras volvía al hotel me repetía una y otra vez: "Es lo que hay y es igual para todos, así que no hay nada perdido".



El sábado aprovechamos el día para descansar y ver la carrera élite y de paralímpicos. He de decir que viendo competir a estos últimos llegó incluso a saltárseme alguna lágrima ¡qué ejemplo! ¡qué valor! Te hacen ver que no hay barreras para alcanzar la felicidad y que querer es poder. Si algún día tenéis la oportunidad de ver a estos campeones en acción disfrutadlo y aprended de ellos. Yo lo he hecho.
Con un ojo mirando al cielo nos fuimos a dormir el Sábado. Si ya de por sí el circuito de bici era horrible, las previsiones meteorológicas pronosticaban que durante la noche entraría una borrasca con viento y lluvia que barrería Madrid durante el domingo, produciéndose las peores tormentas a partir de las 12 del medio día, justo la hora a la que tomaríamos la salida. Mejor no pensar en nada más, porque si no no corro...

El Domingo amaneció según lo previsto: lloviendo. A las 8 de la mañana me dirigí a la zona de boxes. Aunque la carrera era a las 12, teníamos que pasar el control a las 8 de la mañana. Primer imprevisto: cuando estoy haciendo cola para entrar en boxes me piden el traje de la selección para verificar que todo está correcto. Busco en la mochila y...¡no lo tengo! Cojo la bici y me pego el primer calentón de la mañana para llegar al hotel, coger el traje y volver a boxes, entrando in-extremis, pues a las 8:30h cerraban el control de material.

Coloco la bici con mimo y cubro las zapatillas con bolsas de plástico para evitar que se me llenen de agua hasta la hora de la carrera. Con casi 4 horas por delante me vuelvo al hotel a descansar y a mentalizarme para lo que va a ser una durísima carrera. Sigo pensando que las condiciones son iguales para todos pero no me consuela ya esa frase y tengo conmigo una sensación de tristeza y de nervios bastante extraña. En este sentido tengo que dar las gracias a Fernando García Aja por tranquilizarme y por ayudarme a elegir la presión óptima de las ruedas para afrontar con seguridad los 40 km de glorietas en bici. Siento haberte llorado tanto esa mañana pero los nervios por la falta de práctica sobre asfalto mojado ya pudiste ver que estaban más que presentes.



Y por fin llegó la hora de la carrera. Por delante dos horas de pleno esfuerzo, ante unas condiciones climáticas dantescas que con el paso de los minutos iban a peor. Sin embargo, a medida que se acercaba el momento de salir, mis eran eclipsadas por la adrenalina de la competición. Última y acertada decisión la de salir con térmica a la carrera. Los 8 grados y el viento que soplaba en Alcobendas pedían a gritos algo más que un tritraje de tirantes.
A las 12 en puntos nos llevaron a línea de salida a los grupos de edad de 18 a 29 años. Unos 50 participantes en esta franja de edad íbamos a ser los primeros en inaugurar el Cto de Europa de Duatlón en distancia Standard. Posteriormente y cada 5 minutos se irían dando salidas al resto de categorías y a las chicas.

El mítico audio que la Federación Española pone en los momentos previos de las carreras y que simula el latido agitado de un corazón, dio paso al bocinazo de salida. El primer sector consistía en 4 vueltas de 2,5 kilómetros (algo menos quizás) por las "cuestudas" calles de Alcobendas. Salimos en subida, 400 metros de rampa antes de coronar el primer "altillo" y lanzarnos cuesta abajo para ir en busca de una nueva subida. En resumen, un sector rompepiernas con más de 150 metros de desnivel positivo acumulado en los casi 10 kilómetros. Al ser una prueba internacional, con participantes de países como Inglaterra, Austria, Francia, Portugal, España... no tenía controlado a todos los rivales. Quizás al que veía como favorito era al español Jesús Calle, que venía de dar un recital en el Cto de España de Duatlón en esta misma distancia y que desde el primer metro de la carrera a pie puso tierra de por medio. En la primera vuelta él y el inglés Samuel Pictor abrieron un hueco con el segundo grupo de unos 20 segundos. En este segundo grupo iba yo junto al español Josemi Gómez, dos ingleses y un austriaco. Las sensaciones no eran del todo malas pese a llevar más de dos semanas sin correr por debajo de 4min el km.



Mi actitud en este primer sector fue bastante conservadora, aunque tampoco sentía la posibilidad de ir mucho más rápido a pie. En la segunda y tercera vuelta se afianzaron los puestos y me coloqué cuarto a la estela de Josemi, que tenía un ritmo bastante aceptable. Sin embargo, las diferencias con los primeros iban creciendo y al término del primer sector cedía dos minutos con el inglés Samuel Pictor y casi uno con el español Jesús Calle. 



Entramos en boxes bajo un gran diluvio. Como sé que durante la bici no me iba a atrever a soltar las manos del manillar, preferí tomarme los geles de 3Action que llevaba preparados para este sector antes de subirme a la bici, por lo que pierdo unos segundillos con Josemi y comienzo el sector en cuarto lugar.

Arranco la moto y me olvido de las glorietas, las alcantarillas, la lluvia. La adrenalina eclipsa todo y solo tengo en el punto de mira a Josemi, que viaja unos 10 segundos por delante. En las primeras rampas se me escapa un poco pero cuando llegamos a la única zona donde se podía uno acoplar más de 15 segundos seguidos le recorto toda la distancia y aprieto para dejarle atrás. Voy con todo, agarrado a mi Cerveló P2 con fuerza y determinación. Las sensaciones en bici eran buenas y antes del giro para volver me cruzo con el inglés que lidera la carrera de forma holgada. Las distancias se mantienen tanto con él como con Jesús, así que va a haber que ponerse las pilas si quiero estar en la lucha por las medallas, porque por detrás, bastante cerca, venía todo el rebaño de corredores y no sabía realmente su potencial en bici.



Cuando creía haberme afianzado en la tercera posición, Josemi me quita las pegatinas en una de las bajadas peligrosas. Puff esto se complica, pienso. Consigue abrir hueco en la zona de glorietas en bajada, donde su bici (una normal de carretera) se muestra más ágil que mi cabra. Sufro para no perder el contacto visual. Sé que es la referencia que no puedo perder para optar al podium pues visto lo ocurrido en los 10 primeros km yo era, quizás, el más flojo en la última carrera a pie, por lo que no debía conceder ni un segundo.



Ya en la segunda vuelta empezamos a doblar corredores... situación muy incómoda y peligrosa. A mitad de vuelta vuelvo a alcanzar a Josemi, pero esta vez decido quedarme detrás a unos 50 metros e intentar aguantarle en la zona de glorietas. La distancia con los dos primeros seguía siendo la misma: unos 2 minutos con Samuel Pictor y 40 segundos con Jesús Calle. Los ánimos de Vanesa al inicio de la tercera vuelta me hicieron apretar un poco más y en esta misma, sufriendo para aguantar a Josemi a la vista, le recortamos medio minuto a Jesús, empezando la cuarta y última vuelta los tres españoles prácticamente juntos. El duelo está servido pero aún quedan 8 kilómetros de bici y queríaa hacer valer mi estado de forma, así que me pego un calentón y los adelanto a los dos. No miro atrás y pedaleo con todo para abrir el mayor hueco posible. Afronto la útima subida con fuerza peeero me llevo la sorpresa al ver que no había conseguido despegarme de mis rivales y que ambos me devolvían la jugada a falta de 1 km. Ya solo quedaba aguantar en la peligrosa bajada y jugárnosla en el último sector a pie.



Tres duatletas para dos medallas... uno de nosotros se iba a quedar sin ella y no quería ser yo. Me bajo de la bici el cuarto pero pegadito a Jesús y a Josemi. Toco tierra y... ¡CLIIIIIIN!  suena la campana de alarma muscular ¡Mis gemelos! En la larga transición corriendo descalzos sobre el asfalto voy como un pato, pisando como puedo porque todos los músculos de mis piernas quieren subírseme. Dejo la bici y salgo a correr. En la primera rampa Jesús nos saca un verano. Yo me quedo tras Josemi con unos calambres que a punto están de hacerme parar a estirar y tirar la toalla. Nunca había tenido esa sensación tan desagradable. La limitación muscular era horrible y poco me faltó para decir: "Hasta aquí hemos llegado". 



Tiré de lo que tengo y de algo más para aguantar la estela del español en este primer kilómetro. Vamos tercero y cuarto y los 4 kilómetros restantes se prevén muy duros. De un momento a otro, como si acabaran de tocarme con una varita mágica, mis piernas se empiezan a soltar y los calambres desaparecen. Sigo a la estela de Josemi por miedo a que sea una falsa alarma, pero a los 500 metros de haber recuperado las sensaciones me la juego y cambio el ritmo dejando atrás al español y tratando de amarrar la medalla de bronce. Llego a la zona de meta tras completar la primera vuelta y recibo el apoyo de mucha gente, entre ellos Inma Pereiro, que me grita como si no hubiera un mañana. Miro al frente y me doy cuenta de que estoy dando caza a Jesús Calle. 



Las sensaciones cada vez son mejores y aún quedan 2 kilómetros para soñar con subir un escalón más. El bronce está muy bien, pienso, pero la plata mola más jeje. Y a falta de 1,5 kilómetros adelanto a Jesús. Veo que va tocado y yo sigo a mi ritmo. Me encuentro pletórico, estoy a punto de repetir el puesto del año pasado en el mundial de Pontevedra. Los ánimos de mi madre en los últimos metros son cruciales. Miro hacia atrás y no veo a nadie. Me acuerdo de las dos últimas semanas, los días de cama curando la herida, la renuncia a correr el Duatlón de Polanco... sin duda este era un final inesperado que suplía con creces todos los malos ratos. Por delante Samuel Pictor ya era campeón de Europa, así que entro en la alfombra azul, afronto los últimos 50 metros, busco a Vanesa, me paro, le doy un beso y entro en meta despacito y disfrutando de lo conseguido. ¡SÍ SÍ y SÍ!




Más que un gesto de emoción lo que hago es un gesto de rabia. Rabia y alegría por haber sido capaz de sobreponerme a unas condiciones tan duras y nuevas para mí y por todos los malos momentos de las semanas previas en las que apenas pude entrenar debido a la herida de mi pie. No llegué en mi mejor momento de forma pero sí supe sacarle el mayor provecho a lo que tenía. 



Por eso la satisfacción de haber logrado esta plata supera con creces a la del año pasado. Por eso quiero agradecer a todos los que me apoyan, desde mi familia, Vanesa, mis amigos, compañeros de equipo, compañeros de trabajo, y a los que han puesto un granito de arena para ayudarme en 2015 a superar mis objetivos:  Gracias a TruebaSport por dejarme la "pepino" de cabra con la que estoy yendo mejor que nunca en bici, a Sscar por vestir mi bici con sus ruedas y que, después de probarlas en mojado, he de decir que no había tenido nunca unas que fueran tan bien sobre esta superficie: gran frenada y muy seguras con viento lateral. A 3Action porque gracias a la fórmula anticalambres de sus geles pude acabar una carrera tan dura más fuerte que ninguno de mis rivales. Gracias a Catlike por el casco, las zapatillas y las gafas, material con el que me encuentro muy a gusto y al que estoy sacando partido. Y a "Me gusta la naranja" por darme esa fuente de vitamina C mañanera durante este invierno y evitar que cogiera ni un solo catarro.

Y para terminar el día, emotiva entrega de medallas donde mis amigos Sergio Santiago y Fernando García Aja recibieron también sus preseas de subcampeón y campeón de Europa respectivamente, en sus grupos de edad. Como suelo decir: " lo mejor de las triunfos es compartirlos" ¡ENHORABUENA CRACKS!






Y ahora, con la primera parte de la temporada finalizada me voy a tomar una semanita de relax para volver con ganas a preparar la temporada de triatlón que empieza en Cantabria en un mes exactamente.


Saludos a todos y sed prudentes ;)

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