martes, 16 de junio de 2015

TRIATLÓN DE SUANCES: La máquina carbura ¡2º puesto!

La edición 2015 del Triatlón de Suances fue, sin duda, la mejor carrera en lo que llevo de temporada. Era la cuarta vez que me ponía en línea de salida de este durísimo, pero precioso, triatlón, con unas distancias especiales (1200 metros de natación, 30 kilómetros de bici y 8 kilómetros de carrera a pie). ¡Cómo pasa el tiempo! Aún me acuerdo de aquel "no tan lejano" 2011, entrando al sprint con Dani Lanza, luchando por el puesto 41º. Desde aquel día, que supuso mi debut en triatlón, también corrí las ediciones de 2013 (6º clasificado), 2014 (5º clasificado) y la de este año, cuyo resultado, sensaciones y satisfacción superan con creces a los anteriores.
¡Empezamos!

La semana previa al triatlón de Suances dio para mucho. Una de las mejores semanas de entrenamiento de bici y bastante decente de carrera a pie. No tanto de natación, ya que por las circunstancias que se dieron solo pude acumular 3200 metrillos, que me supieron a poco. Aún así, soy consciente que, tras pasar un pequeño bache de forma (que no he querido reconocer mientras lo pasaba) tras el europeo de duatlón, en Abril, estoy de nuevo en línea ascendente, me encuentro mejor cada día y estoy pudiendo apretar en cada entreno. Además, los resultados están saliendo, con pódiums como los de los triatlones de San Vicente y San Esteban de Pravia. Por tanto, Suances supondría un nuevo peldaño de la escalerita que creo que estoy subiendo poco a poco.

Con ganas, me desperté el domingo de la carrera a las 5:00 am para desayunar. Me gusta hacerlo con mucha antelación y tranquilo. Subí la persiana y pude comprobar, aliviado, que la tromba de agua que había caído por la noche había dado paso a un cielo despejado y a una mañana aparentemente agradable.



Llegué a Suances con Vanesa una hora antes de la salida. Sin prisa fuimos colocando todo el material en boxes, saludando a los miembros de mi equipo y en especial a Iri, a quien no veía desde que hace un año se nos fue para los Estados Unidos. Una motivación extra tenerle animando desde la barrera, al igual que Gonzalo y Agüeros. Afición no iba a faltar, y con mis padres y Vanesa ya puedo estar agradecido. ¡Qué paciencia tienen conmigo, con mis manías y con mis carreras! ¡GRACIAS!

Se fue acercando la hora de la salida, bajamos a la playa de "Los Locos", que más bien parecía la playa de "Los Tranquilos" porque el mar estaba como un plato e ideal para nadar. Tras dar unas brazadas de calentamiento, o de enfriamiento, porque el agua estaba a dos o a tres "suputamadre", formamos los más de 150 triatletas tras una línea imaginaria a la espera de que Fede diera la salida. Correa, Osoro principales rivales para luchar por la victoria, pero también otros como Esteban, Zubi, Loroño, Jorge, Sergio Bolado, Aja, Miguel... podían estar adelante.



Preparados... ¡Peeeeeeeee! ¡Todos al agua! Circuito a una sola vuelta de 1200 metros. La primera boya estaba cerca de la orilla y nos la pusieron para evitar que la gente se metiera contra las piedras de la derecha de la playa, por donde suele haber una corriente a favor cuando nadas mar adentro. Cogí mal esta primera boya, muy abierto, pues tras las leches de San Vicente quería evitar problemas, pero quizás fue una decisión muy conservadora. Una vez superada la primera boya, enfilamos un largo muuuuy largo hasta la siguiente, donde empecé a remontar. Cada poco levantaba la cabeza para orientarme pues no había una traza bien definida y cada uno nadaba muy a su bola. Llego a la primera boya, miro al frente y veo poca gente, unos 20. El largo paralelo a la orilla lo hago a la par de otro triatleta con quien "juego" a intentar adivinar quién es, pero no hay manera. Alargo la brazada y empiezo a pillar al grupito que me precede, al que llego justo al girar en la tercera y última boya y afrontar el interminable "recto" hacia la orilla. Me pongo a pies del último del grupo, voy bastante calentito ya, y nos quedamos cortados de nuestros predecesores. Intento pasarle pero empiezo a dar bandazos sin sentido, así que vuelvo a sus pies. Hoy no tenía la orientación muy afinada, por lo que es mejor que me lleven.... igual aparezco en la Arnía...



Sufriendo cada vez un poco más llego a la orilla, donde identifico a mi compañero de viaje: Iván Peláez. ¡Buena natación entonces!, pienso. Bueno, en realidad lo pienso ahora, porque al instante iba bastante borracho y, al salir del agua, solo tenía entre ceja y ceja coger la bici y ponerme a remontar. Me quito el neopreno en la orilla y subo las escaleras con él en la mano, pero con más pena que gloria. Llego a boxes, busco mi bici... ¿pero dónde cataplines está? No la encuentro, me desoriento. La borrachera al salir del agua hace que mi mente procese las imágenes más lento de lo que van ocurriendo. Cuando por fin encuentro mi sitio he perdido unos 20 segundos. No pasa nada, sigo erre que erre  pensando en remontar.



Me subo a la bici junto a Peláez y a Hedesa, me calzo y me lanzo con todo a por todos. Sé que la clave de llegar a pillar a Sergio pasa por hacer una buena bici. Dos minutos me separaban al salir del agua con Correa, que lideraba la prueba. Sin embargo yo ya sabía que Pello Osoro, que había salido 30 segundo antes que yo del agua, tenía todas las papeletas para ponerse primero en este sector.
Primeros repechos saliendo de Suances y empiezo a pasar corredores. Varios del Santander, también a Ánder, alguno de fuera... Voy fuerte y me encuentro como nunca. Antes de llegar al pueblo de Ubiarco paso a Ruma y ya voy 5º. A unos metros van Esteban Cerro e Iván Cazorla, a quienes adelanto nada más empezar la subida. Llevamos 7 kilómetros y ya voy tercero. ¡Puffff qué calentón! Subo Ubiarco fuerte y abro hueco con los de detrás. Sergio Bolado es peligroso en bici y sabía que venía cerca, así que había que abrir hueco. Al frente no veo a nadie. Sergio y Pello no están en mi campo de visión.



Afronto la bajada hacia Viveda con la intriga de ver cuando me cruzo con los líderes. Pello va primero (lo que me imaginaba) y me saca un mundo, pero a Sergio Correa calculo que le he recortado un minuto. Empezamos la vuelta y me sirve también para coger referencias con los de detrás. Bolado viene cerca, pero le tengo controlado. Sabiendo que podía pagar el sobreesfuerzo en la carrera a pie, decido bajar una marcha y regular en la subida. Me siento cómodo y con la sensación de ir guardando. Así llego al alto y empiezo a bajar hacia Suances. Sergio ya está a tiro, a pocos segundos, y todo huele a que va a haber un bonito duelo a pie.

Y cuando apenas quedan 3 kilómetros para llegar a boxes siento una explosión en la rueda de atrás... ui ui ui... Tubular pinchado... ¡Mierda! Queda poco para llegar y aunque no tenga nada de aire noto que puedo dar pedales; despacito, pero puedo. Así que. con más pena que gloria, llego a boxes, donde soy sobrepasado por Sergio Bolado. El imprevisto me cuesta unos 30 segundillos que voy a tener que sufrir en la carrera a pie para recuperar. Pero no pasa nada, en lugar de hundirme pienso en la suerte que he tenido de pinchar tan cerca de boxes y haber podido llegar entero y sin fastidiar la rueda.



Salgo a correr cuarto, tras Sergio Bolado. Pronto le paso y empieza la lucha por el segundo puesto con el otro Sergio. Unos 30 segundos por delante rueda Correa, a quien voy pillando poco a poco en la primera vuelta. Mis piernas sufren, mucho más de lo que me esperaba tras las buenas sensaciones en bici, pero da igual, hay que luchar. Los metros siguen cayendo y también la diferencia. Son solo 6 segundos los que nos separan al terminar la primera vuelta... y aún quedan 4 kilómetros. En triatlón, normalmente, cuando alguien te pilla a pie por detrás es porque tiene más ritmo y es complicado, física y psicológicamente, mantenerle. Eso pensé que iba a pasar cuando cogiera a Sergio, pero no fue así. Sergio es el triatleta más duro que conozco y, lejos de seguir a su ritmo, se pegó a mí como una lapa y empezamos los tres últimos kilómetros juntos. La seguridad con la que venía recortando por detrás desapareció de un plumazo por la entrega y pundonor de Sergio. Empecé a dudar que pudiese aguantarle hasta el final, así que a falta de 2,5 kilómetros, en plena cuesta, pegué un tirón. Fue una bala de fogueo para ver si él reaccionaba, y lo hizo. Volví a intentarlo bajando, y volvió a reaccionar... Quedaba 1,5 kilómetros y a mí ya solo me quedaba una bala que volví a gastar en balde porque Sergio de nuevo respondió.



Fue entonces cuando empezamos la durísima subida que precede la bajada hacia meta. Yo voy justísimo ya y solo pido que no me ataque ahí porque me suelta fijo. Pienso en el posible sprint, me mentalizo, y todo eso mientras subo la puñetera cuestita a ritmo. Pero, entre tanto pensamiento, giro la cabeza y para mi sorpresa Sergio no está. Había cedido unos metros que me dan un plus de energía para volver a cambiar y no dar opción. Me tiro a lo camicace por la cuesta y encaro la recta de meta donde más público había. Confirmo con una mirada de reojo mi posición pero sigo apretando hasta meta para arañar segundos que puedan valer al equipo. Gonzalo se echa las manos a la cabeza, yo me exprimo, y  cruzo el arco segundo, exhausto y contento por haber dado el máximo, por saber sobreponerme a los pequeños contratiempos y, sobre todo, por haber disfrutado tanto sufriendo junto a Sergio. Condenados a encontrarnos en muchas carreras, unas veces son para él y otras para mí. Tras la suya de San Vicente tocó la mía en Suances, que nos iguala en la clasificación del Circuito Cántabro.



La victoria de la carrera se la llevó un intratable Pello Osoro, el favorito desde el principio, que salió bien del agua y sentenció en bici, bajándose con tres minutos de margen y pudiendo darse un paseo por la costa de Suances.




Finalmente por equipos solo pudimos ser quintos. Las bajas importantes de Iván y de Oscar, sumado a los  "mocos" del presi, nos dejó un poco mermados y, pese al carrerón de Miguel, no conseguimos superar ni al Polanco(3º)  ni al Trisport(4º). Pero tranquilos, que en Laredo volveremos con ganas.
... y que dure...


Quiero agradecer a los artistas que estaban por allí sueltos, cámara en mano: Luismi, Ana, Noe, Berta, Pablo, Silvia y a los Oficiales de Triatlón en Cantabria. ¡GRACIAS! La mitad de este post es vuestro :)

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